Cómo afecta la humedad y el clima al rendimiento de un ascensor: guía para comunidades costeras y montañosas
Los ascensores no solo son una parte esencial de la accesibilidad y la movilidad en edificios residenciales, públicos e industriales, sino también sistemas técnicos complejos que requieren condiciones ambientales adecuadas para funcionar con seguridad y eficiencia.
En zonas con condiciones climáticas extremas, como las comunidades costeras (con alta humedad y salinidad) o las áreas montañosas (con temperaturas variables y condiciones meteorológicas severas), el rendimiento y la vida útil de los ascensores puede verse comprometido si no se toman medidas preventivas y de adaptación.
En este texto te ofrecemos una guía, técnica y práctica, sobre cómo el clima y la humedad afectan a los ascensores, con especial enfoque en comunidades de propietarios, administradores de fincas, técnicos de mantenimiento y arquitectos que trabajen en entornos climáticos exigentes. Conocer los riesgos permite tomar decisiones acertadas en instalación, mantenimiento y renovación.
Clima y ascensores: una relación compleja
Los ascensores están formados por múltiples sistemas: mecánicos, eléctricos, hidráulicos y electrónicos. Cada uno de estos componentes es sensible en mayor o menor medida a factores externos como:
- Humedad ambiental
- Temperatura(altas o bajas)
- Corrosión por salinidad
- Condensación
- Viento, lluvia o nieve
- Presiones atmosféricas cambiantes
En condiciones normales, los fabricantes diseñan ascensores para operar en un rango ambiental estándar. Sin embargo, cuando este rango se supera o se mantiene en niveles críticos durante largos periodos, pueden producirse fallos prematuros, degradación de materiales y disfunciones operativas.
Riesgos en las zonas costeras: la sal, el óxido y la humedad constante
Las comunidades ubicadas cerca del mar enfrentan un enemigo invisible pero muy destructivo: la sal en suspensión. A esto se suma una humedad ambiental constantemente alta, que acelera los siguientes problemas:
Corrosión de componentes metálicos
La salinidad del aire acelera la oxidación de estructuras metálicas como:
- Guías de ascensor
- Contrapesos
- Bastidores y cables
- Estructuras de soporte
- Cabinas metálicas
Incluso los componentes de acero inoxidable pueden sufrir corrosión si no tienen el tratamiento adecuado (como pasivados especiales o recubrimientos anticorrosivos).
Fallos en componentes eléctricos y electrónicos
La humedad constante combinada con sal puede penetrar en cuadros eléctricos, sensores, relés o sistemas de comunicación del ascensor, provocando:
- Cortocircuitos
- Fallos intermitentes de botoneras
- Desconfiguración de paneles
- Problemas en el sistemas de llamada o emergencia
Condensación interna
El cambio entre temperaturas internas y externas (por ejemplo, cabinas climatizadas en edificios de lujo) puede generar condensación en los tableros de control, afectando a su funcionamiento.
Problemas típicos en zonas montañosas: frío, hielo y amplitudes térmicas
En las áreas de montaña, el mayor reto proviene de las temperaturas extremas, la presencia de nieve o hielo, o los cambios bruscos de temperatura entre el día y la noche.
Lubricación de fluidos
En los ascensores hidráulicos, el aceite puede perder viscosidad con el frío extremo, provocando:
- Movimientos lentos o irregulares
- Ruidos mecánicos
- Sobrecarga del motor hidráulico
En los modelos eléctricos, los lubricantes de guías y poleas también pueden endurecerse o congelarse, afectando el confort y la seguridad del trayecto.
Hielo en exteriores
Cuando las estructuras están parcialmente expuestas, como sucede en torres de acceso o ascensores panorámicos, el hielo puede:
- Obstruir puertas
- Afectar sensores de seguridad
- Provocar el bloqueo del sistema
Dilatación y contracción de materiales
Los materiales constructivos (metales, plásticos, compuestos) se expanden o contraen según la temperatura. En zonas de alta montaña, esto puede alterar:
- La alineación de las guías
- La nivelación de la cabina
- La integridad de los marcos en las puertas
Con el tiempo, estas microdeformaciones pueden generar vibraciones, ruido o desajustes de seguridad.
Soluciones y buenas prácticas
Ante estos riesgos, es fundamental adoptar soluciones avanzadas a las condiciones climáticas. Algunas prácticas recomendadas incluyen:
Elección del tipo de ascensor
- En zonas frías, se recomienda evitar ascensores hidráulicos si no se garantiza una temperatura estable en el cuarto de máquinas.
- En zonas costeras, optar por ascensores sin cuarto de máquinas (MRL) puede reducir la exposición de componentes sensibles.
Protección anticorrosiva
- Usar materiales y acabados especiales: acero inoxidable AISI 316, galvanizados reforzados, pinturas marinas, etc.
- Aplicar tratamientos anticorrosivos preventivos anuales.
- Instalar barreras contra humedad o filtros antihumedad en los sistemas eléctricos.
Aislamiento térmico y control de temperatura
- Aislar térmicamente el foso, las guías y la sala de máquinas
- Usar deshumidificadores o climatizadores si la humedad supera los niveles normales
- En zonas frías, incluir sistemas de calefacción mínima en paneles de control para evitar condensación.
Mantenimiento adaptado al entorno
- Programar mantenimientos más frecuentes o específicos para zonas de riesgo.
- Revisar anualmente todos los elementos estructurales expuestos.
- Limpiar con productos adecuados para eliminar residuos salinos o heladas.
Instalación y diseño: pensar en el clima desde el inicio
Más allá del mantenimiento, muchas soluciones se pueden prever en el momento de la instalación. Algunos ejemplos:
- En climas costeros: proteger el foso con bombas de achique y recubrimientos epóxicos.
- En montaña: prever una cámara térmica o zona intermedia entre el exterior y la puerta de planta.
- En ambos casos: diseñar huecos y estructuras con ventilación controlada, evitando condensaciones internas.
El diseño también debe tener en cuenta la orientación del edificio, el sombreamiento natural y la protección frente a tormentas o nevadas.
Conclusiones
El clima y la humedad influyen de forma decisiva en la seguridad, el confort y la vida útil de cualquier ascensor. No se trata solo de instalar un buen sistema, sino de adaptar cada detalle a las condiciones reales del entorno.
Con el asesoramiento adecuado, materiales apropiados y mantenimientos personalizados, los ascensores pueden seguir funcionando con fiabilidad durante décadas, incluso en entornos climáticos exigentes. En Valgrup daremos respuesta a cualquier duda o pregunta que te surja. ¡Llámanos!